Juan Gabriel Rufián Romero, que así se llama nuestro animador sociocultural del congreso, se unió a la Cámara Baja en diciembre de 2015 y desde entonces no ha dejado de dar momentos de gloria al parlamentarismo español.
Es sin lugar a dudas la más brillante estrella mediática de la política española, y bien sea a golpe de declaración en los medios, a martillazos en Twitter o simplemente ejerciendo su labor de parlamentario, regala titulares estupendos a los medios de comunicación.
Se puede estar de acuerdo o no con su ideología, pero no me van a negar que da «vidilla» al congreso de los diputados, es difícil que pase una semana sin que esta joya parlamentaria nos deje una frase para la posteridad y consecuente cabreo de políticos y medios de comunicación poco afines a la Esquerra Republicana, vamos que Carlos Herrera y Federico Jiménez Losantos no son precisamente devotos de este Jesse James de la dialéctica llamado Gabriel Rufián.
Otro medio por que suele liarla parda nuestro autodenominado «charnego» es Twitter, ese pajarito que se usa tantas veces para escupir opiniones hirientes, con lo fácil que es soltar la puñalada en esta red social y el alcance mediático que tiene, nuestro amigo Gabriel Rufián se ha convertido en un auténtico Hooligan del tuiteo.
El día que Gabriel Rufián ya no esté en el congreso, perderán muchos enteros las sesiones, esperemos que esté largo tiempo haciéndonos disfrutar de la bronca política. Clic para tuitear
Pues yo de Évole sólo tengo que decir que es uno de los mejores y más necesarios periodistas de este país. Y ya está. pic.twitter.com/RcOdyZiXrK
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 24 de noviembre de 2018
Y es que escribir de Gabriel Rufián se hace difícil, porque la verdad que es mucho mejor escucharlo que leer opiniones sobre él, es como intentar que contar una jugada de Messi sea más emocionante que verla, por eso no me voy a extender mucho más en este post, sólo para comentarles algo del compañero de asiento de Gabriel Rufián, ese político serio y extremadamente educado que es Joan Tardá, al que algunas veces he visto al pasear por Portaferrissa, cuando yo residía en Barcelona.
Tengo admiración por Joan Tardá y siempre me ha parecido un poco enigmático su aspecto, hasta que caí en la cuenta: ¿No es verdad que de no saber quien es, ustedes también pensarían que es palmero o guitarrista de José Mercé? no se puede dudar de que tiene pelo de «cantaor».
Acompaño a continuación fotografías para que puedan juzgar:

